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sábado, 26 de julio de 2014

PERIODISMO PIURANO

CICLOS EVOLUTIVOS DEL PERIODISMO PIURANO

1.     Betas y  espadas

La acentuación del fenómeno militarista predomina en este primer ciclo, que es también el de los primeros años de la República. Luchas intestinas y guerras fronterizas (en las que Piura desempeña papel protagónico) marcan el carácter anárquico de las publicaciones. Desde “El Despertador” hasta “El Registro” y “Piura Libre”, los periódicos de los veinte años iniciales de vida republicana tienen corta duración y reducido tiraje.

Moscones y Tarántulas

El aluvión periodístico en Piura se desencadena bajo el gobierno de Ramón Castilla. Las hojas de nombres burlones (“La Tarántula”, “El Moscón”, o “el Tridente”) polemizan hasta el insulto. El auge económico del guano repercute en la aparición de las tendencias liberales (la exportación de materias primas como fuente de enriquecimiento de la burguesía). Se lanzan a las calles los incipientes y casi caricaturescos partidos políticos colmados de idealismo.

Los Chilenos y las Compañías

La infausta Guerra del Pacífico (sin mayores acciones bélicas en Piura) tiene la mordaza a las imprentas. Manuel Gonzales Prada ilumina la escena nacional con su verbo admirativo. Se establecen en Piura las primeras compañías extranjeras (inglesas) para comprar y exportar algodón. Los rubios agentes de Liverpool se casan con las hijas de los empobrecidos hacendados, y de administradores pasan a gamonales con criterios de modernidad. La  alta clase campesina piurana se educa en Inglaterra. Con un comercio agro exportador  en auge aparecen periódicos como “La Industria”, “La Nueva Era”  y otros, de corte conservador los más.

83 Años de Lucha

Civilista a comienzos del siglo, aprista y socialista en los años 30, el periodicismo piurano se asienta, definitivamente con “El Tiempo”, “Correo”, y “La Industria”. El leguiísmo y el aprismo de Sánchez Cerro fueron corrientes que a pesar de contar con cierto arraigo popular propiciaron el cierre de periódicos peleadores de corto tiraje. Las pequeñas imprentas y sus castigados redactores promueven corrientes ideológicas de de señero papel en la vida cívica peruana, en lo que va del siglo. Convertido el periodismo en gran industria, con elementos técnicos superiores, el periodista se transformó: de férvido propagandista paso a ser sumiso empleado de la empresa que vende la noticia. “La libertad de empresa se disfraza bajo la libertad de prensa”, clamó el Presidente Velasco en 1870, al expropiar “Expreso”, iniciando la más profunda conmoción en el sistema de prensa peruano.
No nos toca analizar aquí la vida periodística peruana en la última década militar. Diremos solamente que –con la sola excepción de "Correo” socializado- no se sintieron los cambios en el sistema de prensa. Bajo la conducción de Carlos Manrique León “Correo” prestó valiosos servicios en la difusión de los grandes cambios socio-económicos ocurridos entre 1969-75. Ya en el gobierno de F. Morales Bermúdez, “Correo” de Piura continuó con la dirección de Renán Estrada Távara, una línea independiente, al servicio de las causas piuranas, en especial del sector agrario.


PERIODISMO EN PIURA EN EL PRESENTE SIGLO

ENRIQUE LÓPEZ ALBÚJAR

Los primeros periódicos en la ciudad de Piura del siglo llevan el sello y luminoso del patriarca de las letras peruanas.

“El Amigo del Pueblo”

Enrique López Albújar el gran piurano nacido en Chiclayo es tal vez el escritor más completo del Perú. Su pluma huida y rebelde, dulce y ácida, luminosa y altiva, se humedeció en todos los tinteros de los géneros literarios, para dejar en el estrecho y desolado panorama en ese literatura como hitos señeros, no sólo la poesía tentativa, sino también la novela completa, el cuento del ensayo el poema maduro la crónica, la crítica y el drama. Y toda esa producción estuvo siempre teñida de un profundo amor al Perú y a su peripecia social y económica. Sobre todo estuvo y está hechizada de piuranismo. No obstante haber nacido en Chiclayo el 23 de noviembre de 1872, fue en Piura donde creció su espíritu y afiló su pluma. Su padre fue don Manuel López Vilela, natural de Piura y su madre doña Manuela Albújar bravo natural de Lambayeque a los tres meses de nacido fue trasladado la ciudad de Piura donde por una rara coincidencia, fue bautizado en la misma pila donde recibiera idéntico sacramento el héroe Miguel Grau.
 El hecho de que ya en la postrimería de su larga y fecunda vida el gran narrador López Albújar confesara que había nacido en Chiclayo, no enturbia su diáfano y enraizado piuranismo. Y es que López Albújar es una de las expresiones más jerarquizadas del alma peruana. Fue en tierra montubia, Morropón donde el escritor aprendió a deletrear su amor a Piura. Allí su infancia se alimento con los jugos de una patria honda y casi oculta. Y allí también se selló definitivamente su vida con el alma de Piura. Todo el pueblo de su tierra brava está presente ese estilo y en su voz. Toda su polifacética vida está vinculada al drama Piurano. Su trayectoria está enlazada con el sol, la arena, los cantos, la guitarra, el algarrobo, la chicha, los bandoleros, los cholos, las chinas, los amores, las balas y la sangre.

El autor de “Matalaché” fue primero periodista y después literato. Para ser periodista rebelde el año 1904 en la remilgada y copetudo Piura era indispensable ser hombre primero.
Y López Albújar fue primer hombre, para después periodista, escritor y juez.
López Albújar no era hombre de rendiciones. Conjuntamente con el ejerció de su profesión de abogado (se recibió el 11 de mayo de 1904 en la Corte Superior de Piura) siguió colaborando en “El Deber y “La Revista del Norte”. En julio de 1916 es redactor del diario “La Prensa”. Su obra literaria de corte nítidamente social más elevado y conocida es “Matalaché”, cuyo relato se prende con fuego en nuestra narrativa. Es en esta obra, donde exprime mejor las virtudes de su pluma y donde el sol lujurioso de Piura se levanta y quema más alto y más severo. La pasión de la blanca aristócrata por el negro esclavo, en una hacienda Piurana, muchas veces ha sido tema de tentación para filmar una película. Y la calidad mulata del autor, se ha querido ver la novela una especie de revanchismo racial.
Aparte “Matalaché”, sus “Nuevos Cuentos Andinos”, apareció 1929, pueden considerarse como la más alta y madura calidades estilo y de su poder creador. Como cuentista, no tiene rival en nuestro país. Pocos veces se han escrito cuentos están llenos de humanidad tan iluminados de Perú. En “Los Caballeros del Delito”, obra de estudio criminológico sobre el bandolerismo, mezcla debilidad y elegancia sus conocimientos de jurista con sus virtudes de escritor. 
El año 1924 aparece “De mi Casona” que son recuerdos de su infancia en Piura. 
Finisecular, empolvada, altanera, pero llena de injusticias y lodo. También “Calderonadas” del año 1930 es una muestra de su prodigiosa capacidad escritor. Sus obras más recientes son “El Hechizo de Tomaiquichua” en el año 1943 y “Las Caridades de la señora Tordoya” en el año 1955.
El gran escritor piurano murió en Lima en el mes de marzo de 1966. Dejo 10 obras inéditas y una ingente producción periodística.
“El Amigo del Pueblo”, se llamó su semanario de trayectoria polémica, que surgen 1904, en perenne lucha contra el gamonalismo, el tinterillo y el opulento clero godo. Es la más representativa publicación piurana, de carácter combatido, valiente y con espíritu transformador por la que su autor sufrió persecución y hasta agresiones físicas. Para combatir a “El Amigo del Pueblo” y a su director López Albújar aparece “El Sol”, fundado en 1905 por el Prefecto del Departamento German Leguía y Martínez, de corte conservador.
“El Amigo del Pueblo” era un hebdomadario de cuatro páginas en permanente combate contra los caciques provincianos y en defensa del bienestar público. En su columna escribían Domingo Martínez Luján y José santos Chocano y se reproducían los artículos de don Manuel González Prada. Se evitaron 150 números aparecieron por primera vez el 10 de agosto de 1904. El último ejemplar salió el 19 de febrero de 1908. Entonces gobernaba el civilismo. En 1904 José Pardo asumió la presidencia del Perú. López Albújar escribía el periódico en su totalidad. Y fue tanta la difusión de su prédica que solamente para oponerse es que Leguía y Martínez publicó “El Sol”.  Allí se combatía durante el partido Liberal que tenían López Albújar a su simpatizante en Piura. 
 Fue administrador de “El Amigo del Pueblo” don Edilberto Moya, que también escribía. Y colaboraban Eduardo Moscol Valdivieso, Pedro Montero, Pedro Arbulú, Juan McDonal y Víctor Maticorena. En 1906 influyeron los artículos de José Ruete García, quien con festiva ironía tomado el pelo a diestra y siniestra. A pesar de las amenazas pero prefecturales, “El Amigo del Pueblo” que mantuvo un constante línea en la defensa de los intereses populares. Fue una “rara avis” en Piura de entonces.

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